Estas cartas fueron escritas por jóvenes de las regiones de Colombia, quienes a través de sus vivencias personales nos cuentan el complejo universo de significados que para ellos y ellas tiene la ciencia o, como prefieren aclarar, “las ciencias”.
 
Cada una de las narraciones cuenta cómo la ciencia se forja a través de imaginarios muy arraigados, aunque a veces se perciba lejana de la cotidianidad; sin embargo, su presencia hace que en los distintos territorios de Colombia nazcan los sueños de los futuros científicos y científicas, inventores (as) y creadores (as) de las ideas que le darán esperanza a la humanidad.
 
Este diálogo que los jóvenes le proponen a la ciencia parte de las enseñanzas transmitidas por las voces de sus mayores, de sus prácticas culturales y, en ocasiones, de la necesidad de sobrevivencia, que recuerdan una vez más que hay distintas formas de aprender.
 
Aunque estas cartas están destinadas, en primera instancia, a la ciencia misma, su mensaje es de los jóvenes autores para los adultos y con ellas se abre la puerta a un ejercicio de diálogo para entender las distintas formas del conocimiento.